ELABORACIÓN

Todo el proceso comienza en el final de la campaña anterior. ¿Qué quiere decir esto? Todos los pasos realizados durante todo el año son claves para la calidad del aceite de la próxima cosecha.
 
Lo primero que tenemos que hacer, es hacer la poda, eliminando ramas viejas y dando la posibilidad de que el sol entre a todos lados del olivo.
 
Tras esto, se realiza el abonado, aportándole nutrientes que el olivar utiliza en su ciclo.
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Los tratamientos foliares, cuando sean necesarios, sirven de aporte de materia, y son claves para el control de las plagas que acechan al cultivo.
 
La cubierta vegetal es un miembro más de nuestro olivar, ya que nos ayuda a contener el agua de las lluvias y en ella habitan muchos insectos beneficiosos para nuestras olivas.
 
El estrés hídrico es importante controlarlo, ya que cuando menos lo sufran, de mayor calidad será el aceite.
 
Una vez llegado el momento, debemos elegir una finca idónea para la recolección, teniendo en cuenta el calibre del fruto, el estrés hídrico que ha sufrido, y si ha aparecido alguna plaga.
 
Tras tenerlo seleccionado, toca esperar la fecha adecuada, es decir, cuando la aceituna se ponga en envero, es decir, la fase en la que se encuentra verde y se empieza a pintar de morado.

En nuestro caso, el día elegido el día 27 de Octubre, el cual, no hubo problemas de temperaturas, ya que hizo un día fresco, y con buenas temperaturas, favoreciendo a la buena conservación del fruto y asegurando la calidad del aceite.
 
Recolectamos nuestros olivos de forma tradicional  intentando hacer el mínimo daño posible al fruto y al árbol.
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Una vez recolectado, llega un punto clave, el transporte. El transporte ha de ser rápido, para evitar que la aceituna sufra un exceso de temperatura.
 
Llegados a la almazara, lo primero que debemos de hacer es limpiar el fruto, separándolo de las hojas y los tallos que han surgido durante la recolección, mediante unos ventiladores.
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De aquí pasa al molino mediante unas cintas, en donde la aceituna es machacada y de aquí sale en forma de masa, para después poder batirla en la batidora.
 
La extracción del aceite se realiza en frio, por lo que hay que controlar en todo momento que la temperatura no sea superior de 30ºC.
 
Una vez amasado, se procede a la separación del aceite de la pulpa, y para ello se utilizan  centrifugadoras.
 
De aquí, pasa a decantar, y tras unas horas, pasa al filtrado, que se realiza mediante unos filtros de celulosa, eliminando los pequeños restos de pulpa que hayan podido quedar.
 
El proceso de extracción ha terminado, y ahora llega el análisis químico. Con esto se consigue asegurar al consumidor que el aceite no contiene restos químicos, y que es apto para el consumo humano.
 
Una vez pasado el análisis, se procede al embotellado y etiquetado, asegurando que todo quede perfecto, para que cuando llegue a sus manos, el aceite este impecable y puede disfrutarlo con la mejor compañía.
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